En esta oportunidad ubicándose en un territorio: Cundinamarca, y teniendo en cuenta algunos aspectos de la cultura de las mujeres que habitan esta región, se escriben algunas líneas de manera fugaz pero con gran responsabilidad sobre el rol de las mujeres que viven en el sector rural o tienen algún vínculo con el campo, y se hace un mínimo recuento de las actividades que han servido para el desarrollo de sus proyectos de vida a través de la historia, partiendo de costumbres heredadas como la reciedumbre de abuelos y padres, quienes lograron el sustento a punta de azadón, pala y machete, herramientas básicas que se usaron para aprovechar la riqueza de la tierra y el florecimiento agropecuario, logrando productos cargados a lomo de mula por caminos largos y empedrados, por los cuales viajo la esperanza materializada en bienes que al venderse en los pueblos cercanos se convierte en el soporte económico responsable del sostenimiento del hogar.

Y así, ha trascurrido parte de la historia, siendo incalculable el aporte de la Mujer a la vida y la sociedad, ella que en sus largas jornadas tiene a cargo el cuidado de la familia, actividades de crianza de los hijos, los quehaceres de la casa, sumando los trabajos del campo ya que el sostenimiento del hogar se considera compartido con su compañero o las personas del su núcleo familiar, quienes por cultura dicen “EL hogar lo hace la mujer”.

Cada jornada es por lo menos de 18 horas y no importa, a pesar de la carga que dobla su espalda, las mujeres por siempre están inmersas en el desarrollo local haciendo grandes tributos a la transformación de la economía y la cultura de la comunidad. Este es el compromiso que les demanda aportar a la felicidad local, para ello estudian, se capacitan, se postulan, son lideresas sociales, desarrollan dones y destrezas y han logrado transformar la relación con la sociedad, la vida y la naturaleza, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida de las regiones y el país.

Son estas líneas una mirada tímida que propone observar con detenimiento los pasos de la mujer rural o urbana, pero para ellas no es solo saber dónde están, también es destacar el camino, sus dificultades y lo más importante exponer y tomar como guía los éxitos, solo así se garantiza que las próximas generaciones encuentren el legado que permita el logro del equilibrio en el aporte de hombres y mujeres para construir el desarrollo local. Esta es una estrategia que busca con la palabra y la letra “VER A LA MUJER”

Mariela Ramos Barreto
Líder Comunal
Profesional especialista en gestión publica

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Leonor tiene 4 hijos: Rocío, Angélica, Elsa y Jesús Alberto (Chucho), a quienes dio educación a través de la venta de periódicos y revistas en la caseta del Parque Principal de Funza

    Nuevo proyecto de vivienda de interés social en Zipaquirá

La Caja de Compensación Familiar Compensar realizó en Zipaquirá el lanzamiento de Cedromonti, el nuevo proyecto vivienda de interés social que construirá en alianza con Desarrollos Urbanos, para afiliados y no afiliados a la caja, residentes en este municipio o en Bogotá, que viven en arriendo o están interesados en invertir en vivienda propia.

Se trata de un conjunto residencial de 432 unidades, con un terreno escalonado que ofrece una vista privilegiada y buena iluminación; 3 tipos de apartamentos con o sin balcón, desde 52.35 m2 de área construida, 12 pisos, ascensor, zonas verdes y un club house con amplios espacios para compartir (turco, sauna, salón de billar y tenis de mesa, gimnasio, terraza lounge, BBQ, solárium, salón comunal, sala de tareas, lobby con casilleros, entre otros).