Por: Fernando Romero

Ana María Boada, quien ejerció como directora del Centro Cultural Bacatá desde enero de 2016 a junio de 2018, dejó un gran trabajo en los procesos artísticos y culturales del municipio de Funza, superando varias expectativas, ya que la cuestionaron por no ser natal de la región, pero demostró que cuando se ama lo que se hace se dejan importantes resultados en una entidad. Resaltando su interés en el trabajo patrimonial y apoyo a las estrategias que reforzaron la identidad histórica de los funzanos, sobre todo desde las escuelas de Formación del Centro Cultural Bacatá, logró rescatar la música tradicional del municipio; es loable su insistencia en enamorar a los jóvenes con las historias guapucheras, involucrando a los adultos mayores y a la comunidad en general, haciendo sentir más orgullosos de su patrimonio cultural a los funzanos.

Logró establecer los Viernes Culturales como un espacio importante para toda la familia, además de los Dominguisimos Culturales y los eventos especiales, dándole una prioridad al talento funzano. Así mismo el Festival de Arte y Cultura Zaquesazipa tomó nuevamente la idea de sus primeras versiones que para muchos fueron los mejores, dándole un énfasis académico; direccionó en general el Centro Cultural con una alta exigencia en la cual cada contratista tuvo la tarea de demostrar con resultados plasmados en cobertura de población, su cumplimiento de lo establecido por mes, permitiendo profundizar los objetivos específicos con la comunidad y bajando ostensiblemente la improvisación en programas que no generaban ninguna ganancia para la gente. Definitivamente deja en alto nivel la gerencia de la institución y un vacío por su inesperada ida; sin embargo, la población de Funza le agradece por haber dejado su corazón, su profesionalismo y su verraquera en cada tarea que se propuso, para destacar a Funza como Capital Artística y Cultural y con su nuevo escenario: el Complejo Cultural.