Por: Liz Quiroga
El pasado 18 de noviembre decidimos con David rodar en las bicis hasta Bojacá, pero yendo por la vía a Faca, recordé que Zipacón (Cundinamarca) no estaba mucho más lejos… Así que, sin planearlo, cambiamos de rumbo… resultó todo un reto.
Cuando era pequeña me emocionaba cada vez que mis padres decían que íbamos para Cachipay, disfrutaba el camino rodeado de árboles y grandes montañas difusas entre la neblina, mezclado con el olor y el cantar de los pajaritos, cosas que solo la naturaleza y el campo pueden brindar… además que casi siempre de ida o regreso, hacíamos una parada en Zipacón. ¿La razón? Desayunar o llevar a casa con un autóctono y delicioso pan de maíz.
La experiencia de ir en bici mejoró mi recuerdo de esos viajes, sin duda alguna. Si se animan a ir les recomiendo que vayan temprano, con tiempo y con muuuucha energía, la subida es fuerte hasta con cambios, no desistan en las subidas porque la recompensa aparte de los paisajes y el delicioso pan de maíz (con masato, para más placer) en el centro del pueblo, es la velocidad de hasta 60km/h en las bajadas; es un viaje brutal. Pronto en redes sociales subiremos videos del camino.