Cada 16 de julio los transportadores de Cundinamarca realizan un homenaje a la Virgen del Carmen.

La historia de esta celebración se remonta a un grupo de ermitaños que se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, en Israel, después de las cruzadas. Allí formaron la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas). Se dice que el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le apareció a San Simón Stock, superior general de la Orden, a quien le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita.

Los transportadores la adoptaron como su patrona por la protección que se le atribuye en situaciones de peligro. Es tradicional en este día, ver procesiones y desfiles de vehículos decorados por las vías de los municipios, que van hasta un lugar específico para realizar la eucaristía y otras actividades para los conductores y sus familias. Así lo ha hecho la Operadora Sopertrans y Especiales Dos Mundos en Funza, excepto este año 2020 por la Pandemia.

La simbología del escapulario brinda tres elementos: el amor y la protección maternal, la pertenencia a la virgen y la invitación a llevar el yugo con firmeza en la vida. El escapulario con su imagen es uno de los símbolos más tradicionales, junto a la Medalla Milagrosa y el Santo Rosario.

Todos los años, cada 16 de julio los católicos le rinden tributo de veneración a Nuestra Señora del Carmen, patrona de los conductores, de los Bomberos y la reina de las Fuerzas Armadas de Colombia.

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