Por: Felipe Quiroga
Nuestra tierra está nutrida por varias fuentes de agua que nacen en nuestros páramos, paraísos biodiversos de alta montaña, lagunas y planicies que verdaderamente se deben conocer; estos paisajes que arrebatan sonrisas, suspiros y crean recuerdos que al final de nuestro camino es lo que más atesoramos.
Cundinamarca posee escenarios perfectos que son fuente de bienestar emocional sin tener que ir muy lejos, hacer alguna actividad en especial o gastar mucho dinero; este bienestar se da por la disminución de los cuadros de estrés y ansiedad, la espectacular escena de cada paisaje nos centra en el momento y olvidamos esas preocupaciones de la vida cotidiana; el viajar nos aumenta la capacidad de resolver problemas y ayuda a nuestra creatividad, funciona a través de las vivencias, enfrentando cada reto por mínimo que sea, desarrollando habilidades de comunicación, toma de decisiones, coordinación de actividades. Cada viaje nos hace más felices, esto debido a las distintas hormonas que segregan en nuestro interior como la endorfina, esto se da cuando realizamos diferentes actividades que nos gustan, sobre todo al aire libre; estando fuera de casa, del trabajo y la ciudad olvidamos las preocupaciones.
Hay lugares que lugares podemos visitar para romper la rutina en un fin de semana si ir lejos de casa y disfrutar de la tranquilidad que suele dar cada paisaje; como primer destino aparece Guatavita la leyenda del Dorado, tiene arquitectura colonial que es admirable, su laguna brindara un espacio donde usted y sus pensamientos pueden conectarse sin interrupción. Una aventura que lo llevará a olvidar sus preocupaciones y entrar en un “mundo desconocido” es visitar la Mina de Sal de Nemocón, allí tendrá recorridos dentro de la mina aparte de toda la información y locaciones coloridas con diferentes formas y como plus para salir del estrés del tráfico, puede tomar un viaje a la antigua en el Tren de la Sabana para llegar a Nemocón desde Bogotá