Por: Rafael Quiroga – Director

Cundinamarca es “la tierra mágica del cóndor”, donde los cundinamarqueses vivimos en un paraíso rico en agua, biodiversidad y tierra para la productividad, la cultura, el comercio y la prosperidad. Cundinamarca es potencia hídrica por tener la cadena de ecosistemas de páramos más grande del mundo: Sumapaz, Cruz Verde, Chingaza, Guerrero, Rabanal (13% de los que existen en el planeta) con 196 fuentes de agua natural, ríos, lagunas y siete embalses; es biodiversa en fauna y flora con más de 20.000 especies vegetales y 7.000 animales, algunos en vía de extinción como el oso de anteojos y otros exóticos como el cóndor o el colibrí y millones de aves distribuidas en 759 especies, la cuales quieren ver los avistadores de aves; es la tierra de la fertilidad agropecuaria por ser el primer departamento productor de papa en Colombia, gran productor de frutas, café, flores, hortalizas y ganado lechero. Es rica en minas de sal, carbón, oro, esmeraldas y piedra. Es proveedora del 75% del agua y los alimentos que se consumen en su capital Bogotá.

Cundinamarca es el corazón del país en donde se dinamizan los recursos naturales, energéticos, económicos, culturales, tecnológicos, políticos y sociales; es reconocida por sus tradiciones, el legado arquitectónico, gastronomía y paisajes diferentes en sus 116 municipios y sus saberes locales, arraigados en las quince provincias que la integran. Es nuestro departamento un enjambre social de agricultores, artesanos, artistas, emprendedores, profesores, empresarios y personajes. Los cundinamarqueses nos distinguimos por ser creativos, trabajadores e innovadores. Cundinamarca es la base de la mejor plataforma de innovación en tecnologías de la información y las comunicaciones TIC con la Dirección de gobierno en línea, la Dirección de sistemas de información y aplicaciones y la Dirección de infraestructuras tecnológicas que buscan que Cundinamarca sea el departamento más eficiente, transparente y participativo, aprovechando las tecnologías.

Por todo esto, la región se constituye en un polo de desarrollo cada vez más competitivo, a nivel latinoamericano, que se consolida como un territorio muy atractivo para la inversión en el campo, la infraestructura, la vivienda, la tecnología, los servicios públicos, la educación, la salud, el deporte, la recreación, la seguridad, el turismo y las comunicaciones.