Por: Felipe Quiroga
Colombia cuenta con un gran potencial para desarrollar energías limpias a partir del agua, el viento, el sol y de los residuos de biomasa, por estar ubicada en la franja terrestre de la zona ecuatorial y por tener climas y ecosistemas diversos.
Según el Banco Mundial, la sola explotación suficiente de energía eólica podría cubrir más de lo que el país necesita.
En el municipio de Paratebueno en Cundinamarca, la empresa Codensa tiene una planta de energía solar que beneficia a 20 familias de la vereda Buenavista. La energía limpia también ha beneficiado a la pequeña industria, en algunas ladrilleras del país se han cambiado hornos (de colmena a túnel) para disminuir las emisiones de CO2, lo que ha mejorado la productividad y generado empleo en los departamentos de Boyacá, Caldas y Cundinamarca.
En nuestro departamento existe la iniciativa del proyecto “Dinamos”, el cual capacita a los niños y jóvenes en el uso eficiente de la energía, las fuentes renovables y sus principios.
Es el caso de Chía en que gracias a un curso que se ofreció a los habitantes de la región en búsqueda de desarrollar en el municipio alternativas energéticas diferentes, se lograron capacitar y certificar a 35 habitantes en temáticas relacionadas con energías limpias.
Pero la capacitación no es suficiente, debemos actuar ya y poner en funcionamiento los proyectos sostenibles. Los beneficios que traería la implementación de estas energías limpias a gran escala en nuestro departamento, tendrían un impacto positivo para la comunidad, como la generación de empleos, la disminución en emisiones, decreció de la contaminación del ambiente, que a la vez representa la reducción de riesgo en la salud de los cundinamarqueses, el liderazgo a nivel nacional frente a los institutos de minas y energías, además, estas energías son inagotables debido a que son capaces de regenerarse por medios naturales.