Por: Luis Hernán Vargas
Es muy triste ver hoy que Colombia esta aún inmersa en las arenas movedizas del populismo barato que penetra como lanza afilada a lo más profundo del subconsciente del desasosiego de un pueblo que aún se deja manipular a través de promesas falsas, esas mismas promesas que cada cuatro años reviven a través de discursos bien sea de izquierda, de centro o de derecha; es la misma droga que cercena el pensamiento y va carcomiendo la conciencia de la ciudadanía que cada día más y más entra en una especie de trance de pasividad y resignación, siendo la resignación un producto que como cualquier droga duerme a la gente, duerme su conciencia, la resignación es como la morfina, la cocaína o la heroína que hacen olvidar lo que ocurre diariamente.
La resignación es producto de muchas causas, como por ejemplo la resignación es producto de ese discurso totalizador; si fuese una nueva religión, eso sería lo único que nos venderían.
Y me pregunto ¿por qué ese fenómeno tan extraño?.. es muy fácil responder a este interrogante, las élites requieren seres vivientes muertos en el intelecto, por culpa de la resignación que cae sobre un pueblo que se da cuenta o no; porque no le gusta, o no quiere verlo o no dejan verlo, estamos retrocediendo en lugar de avanzar, un retroceso que se origina por no conocer la histórica, esta materia que fue retirada del pensum escolar a mediados de la década de los noventa y no fue cuestión del azar del destino, todo tiene su lógica, inyectar a la población un único discurso, ese que baja desde los poderes públicos, baja desde las sentencias de las cortes, desde los discursos políticos que va empapando la mentalidad de la gente y le va diciendo callen, callen porque si no callan puede ser peor, esa es la resignación que se produce por la desesperanza de una población que se encuentra en pleno desempleo y sin acceso a la educación universitaria.
Es perfecto el dominio del poder, un dominio del poder que ya no se basa en la fuerza, ahora se basa en un dominio más fuerte; el dominio de la mente, para formar seres totalmente iguales, que actúen y piensen de la misma manera, que no se analice, no se piense y no se critique; no se busca ya al ser humano pensante capas de la reflexión, de la duda, de la inquietud, se busca es al esclavo sin pensamiento, un esclavo que resignado solo viva con un salario mínimo.
Debemos entender que nuestra libertad está amenazada y si no somos capaces de criticar, de hablar, de subirnos a un escenario y decir basta, basta, basta ya porque los seres humanos en su esencia todos somos de una raza una única raza y que lo único por lo que debemos luchar es por esta esfera azul llamada planeta tierra, la vida y su continuidad.
Amigos colombianos, el actuar de cada uno de nosotros debe ser misericordioso con las próximas generaciones, tus hijos, nuestros hijos y hermanos en general que están expectantes de tus decisiones, las cuales deben estar siempre orientadas al apoyo de esta LUCHA sublime y llena de esa conspiración perfecta que al final dejara el triunfo en manos de este noble pueblo, un pueblo consiente y visionario.